¿El censo tradicional está muriendo?


Traducción y Adaptación Libre de "The Economist" 15 de Julio de 2010
Desde hace siglos, los gobernantes han sido afectos a los censos, ya que permitieron reclutar soldados y fijar impuestos a su pueblo. Los ciudadanos son reacios a ellos por las mismas razones. Sin embargo, esta tradición de siglos va llegando poco a poco a su fin. Si los estadísticos en Gran Bretaña se salen con la suya, el censo previsto para el próximo año en ese país podría ser el último. Para reemplazarlo, están considerando la recopilación de la vasta información de bases de datos centralizadas en posesión del gobierno, tales como registros fiscales, bases de datos de beneficios sociales, registros electorales y nóminas de las escuelas, así como encuestas periódicas a una muestra de la población.

Esta es, inevitablemente, una tendencia mundial que se inició en Escandinavia. Dinamarca realiza el seguimiento a sus ciudadanos sin un censo tradicional desde hace décadas.  Suecia, Noruega, Finlandia y Eslovenia, entre otros, cuentan con sistemas similares. Alemania adoptará el enfoque para su siguiente conteo, también con vencimiento en 2011. Hay dos razones para el cambio. Primero, la informatización permite a los estadísticos utilizar bases de datos de manera más ágil que cuando la información era almacenada en tarjetas de archivo. La segunda es que contar a la gente de la manera tradicional es cada vez más difícil, y menos útil. El aumento en la movilidad laboral y el ritmo acelerado de cambio social produce que la información pierda valor con mayor rapidez que nunca.(...).Además, los índices de respuesta están cayendo. La disminución en el cumplimento y adhesión plantea preocupaciones sobre la confiabilidad: la última vez, cuando le preguntaron sobre su afiliación religiosa, el 0,7% de los británicos respondieron que eran Caballeros Jedi. (…) 

Ante el reemplazo de los censos, los historiadores y algunos estadísticos  se quejan de la pérdida inminente de una serie continua de datos que, en algunos casos, se remonta por más de dos siglos. Los liberales civiles ponen el ojo en el mal uso histórico de datos del censo, tanto por nazis como por americanos, (…) y les inquieta que un censo de base de datos es otro paso en el camino hacia un estado omnipresente.

El uso indebido de los datos por parte del Gobierno es una amenaza latente, sin duda, pero debe ser combatido por normas sólidas en materia de libertad de información y eterna vigilancia , y no por cada vez más anacrónicos e incorrectos recuentos. El premio es el objetivo de todo sabio y clarividente: el conocimiento de sí mismo. (Y, más prosaicamente, el mejor gobierno  y el más barato).

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