Digesto técnico-ejecutivo del Manual de infraestructura geoespacial en apoyo de actividades censales de Naciones Unidas
La ronda de los censos 2010 se esta desarrollando no sólo en América Latina y el Caribe, sinó también en todo el mundo. En este contexto, muchos programas globales se están desarrollando. Uno de ellos es el Programa Mundial de Censos de Población y Habitación, 2010. En éste, la Comisión de Estadística Mundial de Naciones Unidas, en su 36° período de sesiones, pidió a la División de Estadística que continuara su labor de revisión y actualización de los Principios y recomendaciones para los censos de población y habitación. En este manual se trata de reconocer y ampliar los aspectos generales publicados ya en el año 2000 sobre cartografía digital.
El manual pondera la disponibilidad generalizada de computadoras personales y computadoras portátiles y de bolsillo, el Sistema Mundial de Determinación de Posición (GPS), los programas electrónicos (software) para sistemas de información geográfica (SIG) y la producción a bajo costo de fotografías aéreas e imágenes satelitales. Esos adelantos pueden recopilar información más fidedigna, oportuna e imparcial acerca de sus poblaciones. El surgimiento de nuevas tecnologías es, en verdad, la fuerza impulsora del nuevo Manual.
Al mismo tiempo, se reconoce que adoptar esos nuevos métodos demandará la introducción de cambios en las organizaciones. La puesta en práctica de las nuevas capacidades geoespaciales ocurre a lo largo de todo el programa censal. El desarrollo de la capacidad para manejar SIG puede conllevar que se altere el organigrama tradicional de la oficina nacional de estadística, concretamente ampliando la “dependencia cartográfica” existente para transformarla en un núcleo admnistrativo mucho mayor, más polifacético y apto para desempeñar múltiples funciones, con capacidad de responder a todas las necesidades de confección de mapas censales. Para lograr esta reorganización se recomienda establecer una operación dotada de financiación permanente y un personal de expertos para que la oficina pueda dar cumplimiento a sus tareas a lo largo de decenios.
Un núcleo de producción de datos geográficos dedicado a esa tarea requerirá no sólo un equipo dotado de aptitudes geoespaciales, sino también un objetivo operacional de modernizar el levantamiento de censos. El personal capacitado se debe ajustar a un cronograma estricto para asegurar que se entreguen a los empadronadores sobre el terreno mapas detallados correctos a tiempo para la operación censal. Una base de datos digital para una zona de empadronamiento debería incluir estimaciones de la población de las localidades, así como los límites de las zonas de empadronamiento o segmentos censales definidos geoespacialmente para representar zonas pequeñas. Esas tareas requerirán una gestión continua, incluida una combinación de trabajo sobre el terreno (que puede ser costoso cuando los equipos deben usar vehículos aptos para todo terreno) y recopilación de datos por teleobservación, lo cual redundará en un censo más fiel y con mayor eficacia en función de los costos.
En la producción de datos geoespaciales, se recomienda desarrollar una Infraestructura Nacional de Datos Geoespaciales, que es una ordenación institucional que posibilita que todas las dependencias gubernamentales compartan datos geográficos y colaboren entre sí a diversos niveles. Otras cuestiones institucionales, entre ellas, financiación, dotación de personal y principios básicos de gestión de proyectos, si bien no son en sí mismas cuestiones técnicas, influirán sobre el éxito de los proyectos geoespaciales de censos. El principio de “crear una vez, utilizar muchas veces” se aplica a la construcción de una base de datos geoespaciales para censos nacionales, dado que una vez que la base está creada, puede utilizarse en diferentes contextos nacionales para numerosos propósitos.
El manual pondera la disponibilidad generalizada de computadoras personales y computadoras portátiles y de bolsillo, el Sistema Mundial de Determinación de Posición (GPS), los programas electrónicos (software) para sistemas de información geográfica (SIG) y la producción a bajo costo de fotografías aéreas e imágenes satelitales. Esos adelantos pueden recopilar información más fidedigna, oportuna e imparcial acerca de sus poblaciones. El surgimiento de nuevas tecnologías es, en verdad, la fuerza impulsora del nuevo Manual.
Al mismo tiempo, se reconoce que adoptar esos nuevos métodos demandará la introducción de cambios en las organizaciones. La puesta en práctica de las nuevas capacidades geoespaciales ocurre a lo largo de todo el programa censal. El desarrollo de la capacidad para manejar SIG puede conllevar que se altere el organigrama tradicional de la oficina nacional de estadística, concretamente ampliando la “dependencia cartográfica” existente para transformarla en un núcleo admnistrativo mucho mayor, más polifacético y apto para desempeñar múltiples funciones, con capacidad de responder a todas las necesidades de confección de mapas censales. Para lograr esta reorganización se recomienda establecer una operación dotada de financiación permanente y un personal de expertos para que la oficina pueda dar cumplimiento a sus tareas a lo largo de decenios.
Un núcleo de producción de datos geográficos dedicado a esa tarea requerirá no sólo un equipo dotado de aptitudes geoespaciales, sino también un objetivo operacional de modernizar el levantamiento de censos. El personal capacitado se debe ajustar a un cronograma estricto para asegurar que se entreguen a los empadronadores sobre el terreno mapas detallados correctos a tiempo para la operación censal. Una base de datos digital para una zona de empadronamiento debería incluir estimaciones de la población de las localidades, así como los límites de las zonas de empadronamiento o segmentos censales definidos geoespacialmente para representar zonas pequeñas. Esas tareas requerirán una gestión continua, incluida una combinación de trabajo sobre el terreno (que puede ser costoso cuando los equipos deben usar vehículos aptos para todo terreno) y recopilación de datos por teleobservación, lo cual redundará en un censo más fiel y con mayor eficacia en función de los costos.
En la producción de datos geoespaciales, se recomienda desarrollar una Infraestructura Nacional de Datos Geoespaciales, que es una ordenación institucional que posibilita que todas las dependencias gubernamentales compartan datos geográficos y colaboren entre sí a diversos niveles. Otras cuestiones institucionales, entre ellas, financiación, dotación de personal y principios básicos de gestión de proyectos, si bien no son en sí mismas cuestiones técnicas, influirán sobre el éxito de los proyectos geoespaciales de censos. El principio de “crear una vez, utilizar muchas veces” se aplica a la construcción de una base de datos geoespaciales para censos nacionales, dado que una vez que la base está creada, puede utilizarse en diferentes contextos nacionales para numerosos propósitos.
Para que los datos geográficos y demográficos en formato de SIG puedan ser compartidos con otras organizaciones, el manual recomienda a las oficinas nacionales de estadística que utilicen estándares de referencia geográfica y metadatos introducidos a nivel nacional. Es necesario tener muy en cuenta el sistema de clasificación administrativa a utilizar para organizar el territorio con fines censales, que en el Manual se lo llama “geocodificación”, dado que sirve de enlace entre la información demográfica y su ubicación en la superficie del planeta.
Por sobre todo, el Manual destaca la necesidad de elaborar planes realistas a fin de aprovechar el poder del SIG y de otras tecnologías geoespaciales para modernizar las operaciones censales y obtener mejores resultados y análisis de mejor calidad. También se destaca la necesidad de ampliar el alcance de la cartografía censal para abarcar el marco espacial nacional total del país.
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